Hoy he repasado el archivo y me he encontrado con esta fotografías del año 2011. Allí por casualidad me encontré con esta mujer (Frasolina), Una mujer ruda, marcada por la vida del mar, Su oficio es Secadora de pescado en un bello pueblo portugués (Nazaré).
Lo que en un principio pudo haber sido una foto robada típica del turista audaz que busca rarezas, se convirtió en una invitación de ella a visitar su barrio, sus vecinas y su mundo . Pasé con ella dos días memorables en la playa, viendo como preparaba el pescado y lo etendia en sus secaderos, estuve en su patio vecinal en pleno centro de Nazaré, cenando con ella y con sus vecinas y una a una me fueron contando sus vidas , sus alegrías y sus penas. En algunos casos la dureza del mar tragandose a sus maridos e hijos, en otros la tranquilidad de seguir todos juntos, pero siempre unidas en su patio como una gran familia que se arropan.
Un homenaje a estas mujeres que arrugan sus pieles al sol para vivir. Quizás sean las últimas secadoras de pescado. Gracias Frasolina por ser como eres y ofrecerte a posar para mí.
Lo que en un principio pudo haber sido una foto robada típica del turista audaz que busca rarezas, se convirtió en una invitación de ella a visitar su barrio, sus vecinas y su mundo . Pasé con ella dos días memorables en la playa, viendo como preparaba el pescado y lo etendia en sus secaderos, estuve en su patio vecinal en pleno centro de Nazaré, cenando con ella y con sus vecinas y una a una me fueron contando sus vidas , sus alegrías y sus penas. En algunos casos la dureza del mar tragandose a sus maridos e hijos, en otros la tranquilidad de seguir todos juntos, pero siempre unidas en su patio como una gran familia que se arropan.
Un homenaje a estas mujeres que arrugan sus pieles al sol para vivir. Quizás sean las últimas secadoras de pescado. Gracias Frasolina por ser como eres y ofrecerte a posar para mí.